Actividad física y Salud intestinal

¡Salga a caminar, muévase! Una de las claves para su bienestar.

Cuando hablamos de desequilibrio de la flora intestinal, pensamos en la nutrición, en los probióticos, en la gestión del estrés. Pero ¿usted sabía que hacer ejercicio regularmente, incluso de forma moderada, puede estimular las funciones intestinales?

Sabemos que el ejercicio físico intenso puede debilitar la mucosa intestinal, mientras que el ejercicio moderado regular la fortalece y mejora nuestra resistencia a las enfermedades estacionales.

Las molestias digestivas del deporte intenso

Muchos deportistas que se someten a esfuerzos físicos intensos experimentan problemas digestivos.

Durante la práctica de disciplinas especiales como pentatlón, triatlón, maratón, etc., los atletas suelen sufrir síntomas gastrointestinales importantes (flatulencias, náuseas, dolor abdominal, diarrea, sangrado rectal, etc.) que afectan negativamente su rendimiento durante la carrera. Incluso pueden verse obligados a detener la competición en curso.

La etiología de estos síntomas aún no está clara; una posible explicación está relacionada con la redistribución diferente del flujo sanguíneo en el organismo durante la actividad física.

De hecho, para compensar la mayor necesidad de oxígeno de los músculos, puede producirse una reducción de entre el 50 % y el 80 % en el suministro de sangre a otros órganos como el hígado y el intestino. Una segunda hipótesis relaciona estos trastornos gastrointestinales con el aumento de la permeabilidad del intestino delgado durante el estrés físico. La alteración de la función de la barrera intestinal puede provocar una respuesta inflamatoria con la consiguiente liberación de citoquinas que contribuyen a los trastornos gastrointestinales durante y después del ejercicio físico.

A la luz de los conocimientos actuales, el intestino debe ser considerado como un verdadero órgano, donde se localiza gran parte del sistema inmunitario y donde tienen lugar importantes funciones metabólicas que son vitales para el organismo mismo. Por eso no es de extrañar que muchos científicos consideren que el intestino es el “segundo cerebro” del cuerpo humano. Una microbiota intestinal sana y eficiente puede contribuir al buen funcionamiento del intestino, con un efecto positivo sobre todo el organismo. Esto también confirma que nuestro cuerpo debe ser considerado en su totalidad como un sistema global complejo, en el que los distintos órganos y sistemas están estrechamente vinculados e interconectados, y en el que el intestino desempeña un papel absolutamente vital.

¡El equilibrio de la microflora intestinal es indispensable!